Tomado de lapequeniapsicopedagoga.blogspot.com
Con una oferta tecnológica creciente y escasos incentivos para la actividad física, el sedentarismo infantil crece de manera "alarmante"; como consecuencia, se incrementa el sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes. De allí la importancia de aumentar la cantidad y la calidad del ejercicio para mejorar el desarrollo físico y motor de los chicos en edad escolar.
Este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) informaron que más del 50% de la población mundial vive en ciudades y, en consecuencia, reduce la actividad física y consume alimentos procesados con muchas calorias y menos frutas y verduras frescas.El sedentarismo es una epidemia y la actividad física es un antídoto contra ella. Hay que saber que una sociedad quieta pierde capacidad vital.
Las cifras muestran que uno de cada cuatro niños y adolescentes padecen de obecidad o sobrepeso. El sobrpeso es mayor entre los 10 y los 12 años de edad que a los 16 años.
En la última Jornada Nacional sobre Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular, realizada en Madrid, España, se diagnosticó la obesidad infantil como una enfermedad emergente. Tanto en Europa como en Estados Unidos, desde los años noventa hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil se ha duplicado. España se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea con mayor número de niños con problemas de sobrepeso, presentando un cuadro de obesidad en un 16,1% entre menores de 6 a 12 años de edad, superado apenas por los datos de Italia, Malta y Grecia. Un hecho alarmante en una sociedad que lleva en su "currículo" una de las mejores dietas alimentares del mundo: la dieta mediterránea, y en el cual hace solo cinco años presentaba apenas un 5% de menores obesos.
La obesidad en la infancia compromete la salud. Se puede diagnosticar problemas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, y niveles altos de colesterol. Aparte de eso, los niños pueden desarrollar problemas psicológicos. Las bromas, la intimidación, o el rechazo por parte de sus iguales, pueden llevarles a que tengan una baja autoestima. Son marginados por el aspecto que tienen, y todo ese cuadro pueden generar trastornos como la bulimia, la anorexia, la depresión, y llevarles a tener hábitos extremos como el consumo de drogas y otras sustancias nocivas.
Según los expertos, la obesidad cuando se manifiesta en la infancia y persiste en la adolescencia, y no se trata a tiempo, probablemente se arrastrará hasta la edad adulta.
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